Abandonados, olvidados y radiactivos: los coches de Chernobyl
La serie de HBO ha reconstruido el accidente nuclear más famoso de la historia y al mismo tiempo nos ha enseñado un cuadro de la vida en Pripyat durante el comunismo. Para recrear la atmósfera la producción alquiló viejos coches soviéticos como el GAZ 24 Volga o el Moskvitch 412; después del rodaje los vehículos han vuelto a sus propietarios mientras que algunos de sus hermanos se han quedado para siempre en los alrededores de la central. En la zona prohibida reposan centenares de vehículos contaminados pero ¿que sabemos realmente del parque automovilístico de Pripyat?
Chernobyl antes de la catástrofe: ¿que coche podía permitirse un directivo de la central?
La central nuclear Vladímir Ilich Lenin empezó a operar en 1972, dos años después de la inauguración de la ciudad de Prypiat. La localidad fue escogida por su posición estratégica y fue planeada para garantizar la mayor calidad de vida de sus habitantes. Los sueldos doblaban la media de la Unión Soviética y los beneficiados podían invertir este dinero en la compra de mejores coches; uno de estos era el GAZ 24 Volga que recalcaba dos americanos de los sesenta: el Ford Falcon y el Plymouth Valiant.
El modelo a escala 1:43 de Model Car Group reproduce la berlina utilizada por Viktor Bryukhanov en el primer capítulo de la serie. El Gaz 24 Volga era destinado a la nomenklatura, a las estrellas del deporte y a la clase media pero estos no eran los únicos que podían gozar de sus encantos; policías, conductores de ambulancias y taxistas lo utilizaron por largo tiempo y no habría sido raro verles enfrente del Hotel Polissya, a la salida de la estación de trenes o en los alrededores del hospital de Pripyat. El GAZ 24 Volga fue ultimado en 1967 y el año siguiente fue presentado en la feria automovilística de Kiev; sin embargo, los soviéticos retrasaron el lanzamiento oficial al 15 de julio de 1970, día del centenario del nacimiento de Lenin.
Desembolsando más de 8.000 rublos podías elegir entre cuatro motorizaciones – un propulsor de 2,5 litros y cuatro cilindros, un V8 de 3 litros y dos motores de 5,53 litros de cuatro y ocho cilindros – que le permitían alcanzar los 100 km/h en 19 segundos. El habitáculo era minimalista y a la vez espacioso; los cómodos asientos eran muy apreciados así como la maniobrabilidad global del vehículo que se había beneficiado de una oportuna reducción de la longitud del cuerpo y de la modificación de los puntos de giro de las ruedas delanteras. El buque insignia de GAZ vuelve a aparecer en el tercer capítulo cuando el el ministro de la Industria del Carbón llega a Tula para comunicar a los mineros su próxima tarea: la construcción de un túnel por debajo del reactor número 4.
Chernobyl antes de la catástrofe: ¿que coche podía permitirse un trabajador de la central?
Los trabajadores no especializados tenían que escoger entre coches más sencillos como, por ejemplo, el Lada Vaz Zhiguli. El Vaz-2101 (este es su nombre oficial) nació en la segunda mitad de los sesenta gracias a un acuerdo estipulado entre la Unión Soviética y Fiat; los rusos necesitaban modernizar la industria y enlazaron contactos con los únicos occidentales dispuestos a colaborar con ellos. En 1966 el ministro Aleksandr Tarasov llegó a Turín para sellar el pacto con el presidente de Fiat Vittorio Valletta y en los meses siguientes un buen numero de ingenieros y trabajadores dejaron Turín para instalarse en Togliatti, la ciudad que hospedaba la fábrica de Auto VAZ. La miniatura de Busch reproduce la primera generación del Zhiguli que no escondía su parentesco con el Fiat 124.
El Vaz-2101 tenía que adaptarse a las necesidades de los soviéticos y por lo tanto los ingenieros ensancharon el habitáculo, potenciaron la calefacción y mejoraron el aislamiento del motor para que pudiera arrancar incluso en las estepas siberianas. El Zhiguli tenía un coste de 5.620 rublos – el salario medio era de 120 rublos – pero esto no frenó su difusión a ambos lados del telón de acero. El Vaz-2101 sirvió de base para diferentes evoluciones y una de estas es el Vaz-2105 (en la foto) también conocido como Lada Riva (Reino Unido), Kalinka (Alemania del Este , España, Francia y Portugal), Sputnik (Cuba), Nova (Alemania del Oeste) o Laika (Argentina y Brasil). El Zhiguli aparece hacia el final del segundo capítulo cuando la ciudad de Pripyat está siendo evacuada por el ejercito; en este mismo episodio podemos ver otros vehículos emblemáticos como el Moskvitch 412, el IZH 21251 y sobretodo el ZAZ 968M Zaporozhets.
El NSU Prinz soviético
Este ZAZ 966 de Model Car Group rinde homenaje a uno de los coches soviéticos más apreciados de la época. Los faros delanteros y las “orejas” de refrigeración le otorgaban un aspecto diferente y sin embargo su semejanza con el NSU Prinz era más que evidente. El 966 no aparece en la serie de HBO sino su hermano menor, el ZAZ 968 Zaporozhets. El modelo más novedoso se diferenciaba del original por unos pequeños detalles estéticos (el más evidente era el cambio de la parrilla delantera por una barra cromada), frenos más eficaces y un mayor numero de caballos (40 en lugar de 30). Ambas versiones costaban poco más de 2.000 rublos y gracias a su precio fueron adquiridas por obreros, campesinos y estudiantes de la Unión Soviética. El ZAZ 968M Zaporozhets fue el primer coche de Vladimir Putin, su madre lo había ganado en una lotería estatal y decidió regalarlo a su hijo que por aquel entonces estudiaba derecho en la Universidad de San Petersburgo.
Chernobyl después de la catástrofe: las furgonetas de los bomberos
a serie de HBO nos enseña los primeros intentos para extinguir el incendio. Después de la explosión una columna de GAZ 63 deja el parque de bomberos para dirigirse al lugar del accidente, en uno de estos viaja Vasily Ignatenko que, al igual que los demás, desconoce la envergadura de la catástrofe y los efectos de las radiaciones. La miniatura de la foto es un calco del vehículo que le llevó a los pies del reactor número 4 la noche del 26 de abril de 1986. El GAZ 63 era un camión con tracción integral producido entre 1948 y 1968 en la fábrica de Gorki. En estos veinte años se produjeron decenas de versiones diferentes – con equipación de bomberos, con plataforma lanzacohetes, como medio de transporte híbrido (dos neumáticos en la delantera, una caja de volquete y una oruga en lugar de las ruedas traseras), con caja de volquete, como camión del ejercito (con semirremolque rígido o en tela), etc – que se difundieron rápidamente en toda la Unión Soviética.
En un país de carreteras deficitarias se necesitaban medios de transportes adaptables y el GAZ 63 era la respuesta a esta exigencia. La inclinación de las ruedas y la ajustabilidad de la presión de los neumáticos ayudaban el trabajo de los pilotos que tenían que recorrer caminos accidentados, avanzar en la nieve o cruzar humedales. Los camiones utilizados a pocas horas del accidente se han jubilado antes de tiempo y ahora mismo reposan en el cementerio de automóviles de Rassokha o, más probablemente, en una de las gigantescas fosas cubiertas con cemento diseminadas en los alrededores de la central.
La dama pálida del bosque
En el folclore ruso una shishiga es una criatura de tez blanca y cabello largo que vive en los bosques y en los pantanos. Los viandantes la encuentran desnuda mientras acaricia su largo cabello; su presencia trae mala suerte a los borrachos y quien se le acerca encuentra el peor de los destinos. Por alguna razón el GAZ 66 recibió el apodo de shishiga y, al igual que su antecesor, jugó un papel decisivo en las operaciones que siguieron la catástrofe. En el segundo capítulo de la serie, Valery Legasov necesita medir la radiactividad de la central con exactitud, los contadores Geiger en dotación eran de mala calidad y no había más remedio que enviar alguien en las proximidades del reactor; de esta hazaña se encargó el coronel Vladimir Pikalov que se acercó al lugar del accidente a bordo de un GAZ 66 con un contador Geiger montado en la delantera y unas láminas de plomo a protección del habitáculo.
El GAZ 66 de Amewi reproduce el modelo original con todo lujo de detalles y aunque sea una miniatura podemos apreciar su majestuosidad. El camión empezó a producirse en 1964 y en poco tiempo alcanzó todos los rincones de la geografía soviética; la mayoría de los ejemplares acabaron en las filas de la Armada Roja, otros fueron equipados por el uso civil y un buen número fue destinado a los países del Pacto de Varsovia. El vehículo fue largamente utilizado en la invasión de Afganistán tanto por los rusos como por los afganos que lo empleaban en operaciones ofensivas – con una ametralladora pesada/sistema antiaéreo de una o dos ametralladoras en el remolque – o como medio de transporte de tropas y materiales. El sistema central de inflado de neumáticos y los diferenciales autoblocantes eran los mejores aliados en las ciénagas o en las gélidas montañas afganas donde el pesado camión soviético se manejaba con soltura. Su talón de Aquiles era la palanca de cambio que, siendo ubicada detrás del piloto, complicaba los cambios de marcha aunque este pequeño defecto no afectaba la validez del proyecto.
Muchos de estos camiones se han quedado en el cementerio de automóviles de Rassokha y algunos modelistas han recreado los GAZ 66 abandonados en la zona prohibida. Uno de los trabajos más notables es “The Chernobyl Phantom” de Sobolev Sergey. Podéis ver su Gaz 66 a escala 1:35 en I Am Modelist, una web que reúne fotos de alta calidad de modelos perfectamente ensamblados.
El anfibio que no pudo con las radiacciones
Otro medio de transporte que podemos encontrar en Rassokha es el BRDM-2, un vehículo de exploración ensamblado entre 1959 y 1989 en las fábricas de Nizhny Novgorod. Probablemente los modelos que llegaron a Pripyat fueron los BRDM-2RKh y BRDM-2RKhb – dos vehículos de reconocimiento radiológico-químico – y el BRDM-2 tradicional con torreta que aparece en el segundo capítulo de la serie. La fuerza de esta tanqueta era la capacidad de desplazarse tanto en tierra como en agua manteniendo velocidades más que aceptables: 100 km/h con las ruedas en el suelo o 10 km/h en rios, lagos y brazos de mar. El BRDM-2 tuvo un largo uso en el ejercito soviético y fue exportado también en Corea del Norte, Cuba, Egipto, Iraq, Israel y decenas de otros países.
Una aparición fugaz
En un momento de la serie aparece por algunos segundos la furgoneta más icónica de la Unión Soviética: el UAZ 452. La falta de carreteras y el pésimo estado de la red existente dificultaban los desplazamientos; en la segunda guerra mundial el problema se había manifestado con evidencia y en las altas esferas decidieron ponerle fin desarrollando un vehículo capaz de enfrentar los accidentados caminos del imperio que abarcaba 14 husos horarios y un puñado de áreas climáticas distintas y en su mayoría extremas.
El UAZ 452 surgió de la plataforma del GAZ 69 y los ingenieros se limitaron a poner lo esencial para no añadir peso; las furgonetas utilizadas en el transporte de tropas podían hospedar ocho militares (además de conductor) mientras que los modelos comerciales tenían una capacidad de carga de 800 kg. La miniatura de Premium Classixx es una copia a escala 1:16 de una ambulancia militar, una de las versiones más populares del UAZ 452. Su forma angulosa le valió el apodo de bujanka (pan en forma de paralelepípedo) y a pesar de que siga en producción los cambios realizados no han afectado la estética.
El UAZ 452 aquí representado por la miniatura a escala 1:87 de Herpa Minitanks es una leyenda viva del automovilismo soviético y tal vez habría merecido un minutaje mejor. La furgoneta sigue saliendo en la Fábrica de Automóviles de Ulíanovsk – la ciudad natal de Lenin – y su solidez nunca ha sido puesta en discusión. En el 2017 los aventureros Nikolay Balandinsky y Alexandr Morozov han emprendido un viaje alrededor del mundo a bordo de un UAZ 452 de tracción integral y motor GPL; la expedición terminará a finales de 2019 y hasta la fecha no se han registrados problemas significativos.
Estos son algunos de los modelos que poblaban las calles de Pripyat en la segunda mitad de los ochenta y sin embargo el parque automovilístico era más extenso. Desde Pasión en miniatura hemos querido rendir homenaje a todos los vehículos que reposan en el cementerio de Rassokha o en algún cobertizo abandonado de la zona prohibida.