Alfasud: el coche salido de la fábrica de patatas
En 1971 Italia estaba en el pleno de los años de plomo y mientras la tensión política hacía tambalear el país en Pomigliano d’Arco (Nápoles) se ultimaba la primera fábrica meridional de Alfa Romeo.
Los difíciles comienzos del Alfasud
El vehículo diseñado por Rudolf Hruska y Giorgietto Giugiaro tuvo una gestación de las más complicadas. A nivel mecánico el dúo formado por el ingeniero austriaco y el diseñador italiano hizo un buen trabajo, el verdadero problema era la tensión política que envenenaba la atmósfera en los meses previos a la apertura. El 30 de octubre de 1971 el Presidente del Consejo Emilio Colombo inauguró el polígono industrial en una atmósfera de las más pesadas; su mitin institucional fue seguido por la apasionada charla de un joven obrero que no dudó en definir la fábrica “una catedral en un cementerio de pequeñas y medianas empresas”. En este clima de desconfianza se ultimaron las obras pendientes y un año después empezó la producción del Alfasud.
La maqueta a escala 1:18 de KK-Scale reproduce uno de los primeros Alfasud fabricados en la provincia napolitana; se trataba de una berlina de dos volúmenes nacida para competir con el Citroën GS y por lo tanto montaba un motor boxter de 1186 cc que le permitía superar los 150 km/h. Según las pruebas de la época, la berlina de Alfa Romeo destacaba por la comodidad de los asientos, las buenas prestaciones, la amplitud del habitáculo y la estabilidad en la carretera; los puntos débiles eran los frenos – un artículo publicado en la revista L’automobile en 1973 decía que “excluyen de la conducción a todos aquellos que no cuentan con una musculatura fuera de lo normal” – y la calidad de los interiores donde abundaban los plásticos mientras que el reloj y el tacómetro brillaban por su ausencia.
Latas de Coca Cola y tornillos sueltos, el boicot de los obreros
Lamentablemente la escasa calidad de los materiales no era el único problema del Alfasud. El crecimiento de partidos de extrema izquierda como Potere al Popolo y Lotta Continua en la fábrica de Pomigliano envenenó el ambiente laboral; huelgas y sabotajes estaban a la orden del día y no era raro encontrar trozos de latas entre las componentes, tornillos flojos y mucha herrumbre. La industria nacida para relanzar la economía del sur se había convertido en un entidad ingobernable y a los errores de los trabajadores se sumaron pronto aquellos de la clase dirigente. Los políticos ejercían una presión continua para ganar votos; en la primera mitad de los setenta el exponente de la Democrazia Cristiana Ciriaco De Mita maniobró para abrir una fábrica cerca de Avellino – su provincia de nacimiento – cosa que consiguió en el 1980 con la construcción del polígono industrial de Pratola Serra. Mientras tanto los sindicatos denunciaban la falta de un plan industrial con miras al futuro y la empresa se preparaba a lanzar una nueva versión del Alfasud.
1976, el año del Alfasud Sprint
Para la presentación del deportivo los directivos de Alfa Romeo escogieron Baia Domizia, una localidad balnearia en la frontera entre Campania (la región de Nápoles) y Lazio (la región de Roma). Los periodistas fueron citados en el Hotel Marina Residence y desde allí condujeron en las tortuosas carreteras que llevan al Santuario de Santa Maria dei Lattani, una iglesia a 800 metros sobre el nivel del mar. El Alfasud Sprint tenía una estabilidad mejorada y en principio era disponible en seis colores distintos: blanco Capodimonte, negro, rojo Alfa, gris Nisida, azul Posillipo y marrón Cilento. Posteriormente se añadieron otros tonos y uno de estos fue el verde brillante utilizado en la espléndida maqueta 1:18 de Laudoracing.
Los focos redondos y la línea agresiva gustaron mucho en patria así como en Francia, Alemania y Suiza. En estos mercados Alfa Romeo puso a la venta unas versiones especiales – el Sprint 1.3 Trofeo (Francia), el Sprint 1.5 Quadrifoglio Verde Balocco (Francia), Sprint 1.5 Quadrifoglio Verde Gran Prix (Alemania), el Sprint 1.5 Quadrifoglio Verde Gran Prix (Francia) y el Sprint 1.5 Quadrifoglio Verde Salon de Genève ‘86 (Suiza) – que se sumaron al millón de ejemplares fabricados entre 1976 y 1989.
Volviendo al título del artículo
La expresión “fábrica de patatas” fue acuñada en los setenta para describir el fenómeno que afectaba la fábrica de Pomigliano en la estación de la cosecha cuando muchos obreros dejaban la cadena de montaje para dedicarse a la recogida de tomates y tubérculos. También se inventó una palabra para definirles, los “metalmezzadri” de la unión de las palabras “metalmeccanico” (metalmecánico) y “mezzadro” (aparcero). En su apogeo la industria campana llegó a ocupar más de 15.000 personas pero la tasa de absentismo estaba por las nubes. Un sistema basado en el clientelismo y en la extremización de la lucha política gobernaba Pomigliano y como efecto el polígono se vaciaba en conjunción con los partidos de fútbol de Napoli, los viernes o cuando había elecciones.
Como parcial disculpa, los obreros no vivían en el mejor de los entornos; el crecimiento de la ciudad no fue complementado con nuevas guarderías o escuelas, las conexiones ferroviarias eran pésimas y tampoco existía un plan urbanístico digno de este nombre. Entre miles de dificultades los “metalmezzadri” ensamblaron un coche que ha dejado una huella importante en la historia de Italia y que ha protagonizado películas policíacas – Milano trema: la polizia vuole giustizia (1973), Provincia violenta (1978), Napoli, Palermo, New York, il triangolo della camorra (1981) – o comedias de culto como Borotalco, premio David de Donatello en 1982. El Alfasud fue paulatinamente remplazado por el Alfa 33 y finalmente terminó de producirse en 1989; actualmente es el Alfa Romeo más vendido de todos los tiempos y solo por su historia merece un sitio en tu colección.