Tres coches soviéticos que tuvieron éxito en occidente
Los automóviles rusos no destacaban por sus diseños pero ganaron nichos de mercado gracias a sus precios competitivos. Pasión en miniatura ha reunido los modelos más exitosos de la Unión Sovietica, piezas históricas que no pueden faltar en las colecciones de todos los apasionados.
Moskvitch 412
El primer ruso que cosechó un discreto éxito en Europa fue el Moskvitch 412, un sedán de cuatro puertas que apareció en los concesionarios de Reino Unido en 1967. El “hijo de Moscú” no sobresalía por su diseño pero bajo el capó rugía un propulsor de 1.5 litros derivado del M115 utilizado por el BMW 1500.
Sus numerosas carencias no le hacían apto para las carreras pero Tony Lanfranchi no pensaba de la misma manera; el experimentado piloto descubrió una escapatoria en el reglamento del British Saloon Car Championship e inscribió su Moskvitch 412 en la competición.
Al final de la temporada, el sedán de fabricación soviética había ganado todas las carreras del segmento D dejando boquiabiertos a los aficionados del motor. Sin embargo, las victorias no modificaron los gustos de los británicos que siguieron comprando las versiones rancheras.
Lada Vaz Zhiguli/Riva
¿Por qué el Lada tiene el parabrisas trasero con calefacción? Para mantener las manos calientes cuando lo empujas. ¿Cómo llamas a un Lada en la cima de una colina? Un milagro. ¿Qué hay en las últimas 16 páginas del manual del usuario de Lada? Los horarios de autobuses y trenes. Estos son algunos de los chistes que circulaban en el Reino Unido de los ochenta cuando el AvtoVAZ 2105 – comercializado en Inglaterra como Lada Riva – ya no era una rareza en las carreteras del país.
El coche tenía una mecánica obsoleta, un diseño que se había quedado atascando en los sesenta, una carrocería que aguantaba mal el paso del tiempo y unos serios problemas de seguridad; sin embargo, entre 1977 y 1997 más de 300.000 británicos escogieron el modelo soviético por su precio asequible – ¡poco más de 3.000 libras! – y su amplio listado de accesorios incluidos.
Además del Reino Unido, el heredero del Fiat 124 fue vendido en el bloque comunista pero también en Canadá, Argentina, Brasil, Francia, Portugal, España, Alemania Occidental y Nueva Zelanda. Probablemente la historia mas curiosa es la que involucra este último país dado que los Riva de la nación isleña llegaron con un trueque: automóviles por mantequilla y carne de cordero. Y si esto os sorprende en 1993 los rusos subieron la apuesta intentando intercambiar la mantequilla neozelandesa con tanques, dos aviones de caza y un submarino nuclear.
Lada Niva
En los años setenta, el primer ministro Alekséi Kosyguin tenía un sueño: lanzar un 4x4 destinado a los campesinos de la Unión Soviética. En 1971 confió el proyecto a Vladimir Solovev y Valery Semushkine que empezaron a trabajar en la plataforma de una cosechadora agrícola; después de unos meses los prototipos estaban listos y el excelente rendimiento de los mismos motivó la presentación del modelo en el XXV Congreso del Partido Comunista.
Un año después, el primer vehículo salía de la fábrica de Togliatti pero en aquel entonces nadie pensaba que este espartano todoterreno habría sido exportado en más de 100 países. El éxito dio origen a una paradoja: el 80% de los Lada Niva estaban destinados a los mercados occidentales y el restante 20% no era suficiente para el mercado interior.
A ambos lados del telón de acero las listas de espera eran muy largas pero esto no desanimó ni siquiera a los occidentales que esperaron pacientemente las entregas. Los modelos que cruzaban la cortina de hierro se diferenciaban de sus homólogos rusos pero se trataba solamente de pequeños detalles estéticos; el propulsor seguía siendo un 4 cilindros de 1.6 litros derivado del viejo motor del Fiat 124 y que sería jubilado en 1993.
En las imágenes de la arriba podemos ver la reproducción a escala 1:43 de Norev que nos propone la versión de 1981 complementada por una tienda de campaña en el techo; sin embargo, en Internet podemos encontrar diferentes modelos como el Weiss que aparece en 007 – El mundo nunca es suficiente, el todoterreno utilizado por la policía eslovaca o la maqueta 1:18 que reproduce el vehículo utilizado por los bomberos alemanes.
La ausencia de componentes electrónicos y la mecánica simple pero extremadamente eficaz decretaron el éxito del Niva que se distinguió además por la conquista del campamento base de Everest (5.200 metros) y la subida a la meseta del Himalaya (5.600 metros). Sin duda el mejor coche soviético de todos los tiempos.